Casa Querube

Situado en la subida que va desde la plaza del ayuntamiento a la Iglesia de Orihuela del Tremedal, el edificio rehabilitado ocupa una ubicación muy importante dentro de los espacios más representativos del municipio. Actúa como final de una de las alargadas manzanas que acompañan a las curvas de nivel de la ladera en la que se asienta el conjunto urbano para aprovechar al máximo los espacios que ofrece la acentuada orografía que define a la localidad. Entre las dos calles que dan acceso a la construcción encontramos un desnivel de unos 7 metros, que el edificio salva de una manera sútil, prolongándose en un muro de contención de piedra caliza que dibuja las calles del entorno trasero del edificio del ayuntamiento creando unas unas relaciones visuales y espaciales que definen estos espacios públicos tan interesantes.

Por encima de este muro, un revestimiento de mortero de cal con tonos similares a los de la piedra, corona la vivienda. Por debajo, una piedra caliza similar a la del muro, integra a la construcción en la orografía que la define, haciendo las veces de zócalo con una proporción casi vertical. Desde la calle superior el edificio apenas tiene altura y se percibe como una construcción humilde, dando continuidad a la altura del resto de edificios de la manzana. Uno de los mayores valores de este tipo de construcciones es su relación con la orografía propia de estas calles, que genera entradas a diferentes alturas y una sección transversal muy característica.

En el interior, la relación con las calles del entorno guía la intervención. Las cuatro plantas que posee la vivienda se dividen en dos zonas que pueden separarse para generar dos viviendas diferenciadas. La planta baja y planta primera se agrupan vinculando las zonas de día a la calle inferior y a la entrada que conecta con dicha calle. Las habitaciones de esta «primera vivienda» se situan en la planta primera, aprovechando la escalera y la estructura existentes. La «segunda vivienda» se dibuja a partir de unos espacios de estar que se encuentran en la planta tercera, vinculados directamente con el acceso desde la calle superior, que aparece en el rellano de la nueva escalera, antes inexistente. Esta nueva escalera conecta la planta tercera y a través de un atrio con el distribuidor de las habitaciones en planta segunda. Así, el espacio de estar situado en la parte más alta de la vivienda aprovecha las mejores vistas y el mejor soleamiento del edificio, creando un espacio diáfano que fluye hacia la planta segunda en lo que antes era un bajo cubierta abandonado y de muy difícil acceso.

La nueva escalera se sitúa sobre la escalera existente, continuando su desarrollo, uniendo las dos unidades habitacionales, pero ofreciendo la posibilidad de que se separen mediante una puerta que permite que cada una de ellas sea independiente. De esta manera se exprimen al máximo las posibilidades que surgen de una orografía tan marcada y tan característica, que actúa como germen de todas las decisiones que afectan al funcionamiento de la vivienda.